jueves, 16 de septiembre de 2021

JUEGO DE TRONOS. NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS


Sabes que formas parte de la cultura popular cuando te han parodiado. Pues bien, en un famoso sketch de Saturday Night Live, se parodiaban las muchas escenas de desnudos de Juego de Tronos. El chiste central era que tenían a un adolescente como asesor para asegurar que hubiera suficientes melones.

No hay duda de que las quejas que ha habido por los desnudos de la serie tienen su razón de ser. No era una novedad en HBO, pero según afirmó un bloguero, los directivos de la cadena habían conseguido sorprender con las escenas de desnudos masculinos y femeninos. Myles McNutt acuñó el término «sexposición» para referirse a los detalles argumentales y el trasfondo de las escenas de ese cariz.

El crítico de Times Magazine James Poniewozik comentó: 

«Es algo más que sexo gratuito o desinhibido y escenas con desnudos en una serie; se trata de utilizar ese sexo para distraer al público o para dar algo que hacer a los personajes en escenas en las que se vierte mucha información o hay una gran monólogo. Yo no diría que Juego de Tronos sea la primera que lo ha hecho. Pienso en todas las escenas de Los Soprano en el Bada Bing, con las strippers bailando en la barra al tiempo que dos personajes discuten algún asunto del argumento, o en Deadwood, cuando Al Swearengen le suelta un largo monólogo a una prostituta que está haciéndole una felación.»

El historiador cinematográfico británico Matthew Sweet observó: 

«La desnudez en Juego de Tronos se remonta a algo todavía más antiguo; en las épocas clásicas la desnudez era permisible, intrascendente y cotidiana, y eso viene de la pintura del siglo XIX.» ¿Qué hay de nuevo, entonces, en la desnudez? Sweet continuaba: «Lo que puede ser diferente aquí es que en otras series no parecía tan necesario recurrir a mostrarla. En los años setenta, cuando los productores [cinematográficos] tenían que ser muy conscientes de que le daban a su público el tipo de cosas que no podían ver en televisión, le decían al guionista: “Necesitamos desnudos y un asesinato antes siquiera de los títulos de crédito.” Las reglas de la escritura de guiones lo dejaban clarísimo. Se podría pensar que HBO escapa a esas normas, pero no es así: es su forma de aportar algo que el espectador no va a encontrar en la televisión en abierto. Es televisión de primera calidad, pero te hace sentir el mismo cosquilleo que te recorría al ver las películas atrevidas de la década de 1970.»

Una de las muchas veces que le preguntaron a Benioff sobre los desnudos, él contestó bromeando: 

«Abordaremos esta cuestión con una escena de burdel de veinte minutos y una docena de prostitutas, Mord el Carcelero, un asno y un panal bien grande.» 

Weiss añadió: 

«Siempre habrá quienes quieran ver menos sexo y quienes quieran ver más, y quienes quieran ver sexo en una gran bañera llena de pudín. No se puede contentar a todo el mundo. Este año vamos a concentrarnos en la gente del pudín. No lo controlamos. Hay que limitarse a hacer lo que hay que hacer sin preocuparse demasiado por ello. [No] vamos contando cuántos pechos o cuántos completos masculinos frontales hay en cada episodio. Siempre va a haber quienes piensen que son demasiados. Habrá quien no quiera ver tantos. Una de las ventajas que tenemos en HBO es que podemos ofrecer una representación más real de la vida, y dejar claro que el sexo es parte de ella y la oscuridad es parte de ella, como lo es el sentido del humor.»

Según Benioff y Weiss, el personaje de Ros —interpretada por Esmé Bianco— se creó como un mero recurso argumental, porque les permitía conectar las muchas escenas que suceden en burdeles o con prostitutas en un solo personaje.

La actriz dijo: 

«El hecho de que ella sea una circunstancia común entre todas esas personas, algo de lo que, me parece, ninguna de ellas es consciente, tiene sus ventajas. Cuando ella está presente, la gente baja la guardia y eso va a ser interesante. Más allá del recurso argumental hay una persona. Ros es bastante lanzada, eso está claro. Sabe hasta dónde puede llegar, pero también sabe cuál es el punto en el que la sociedad no va a aceptarla jamás. Los problemas a los que se enfrenta no son tan diferentes de los que afrontan las mujeres de hoy, solo que ahora esperas que no se vean obligadas a golpear a su compañera de trabajo con un cetro rematado por una cabeza de ciervo.»

Bianco es una famosa bailarina de burlesque, pero insiste en que no quiere ser conocida como esa chica desnuda:

«Casi nadie opta por la cosificación. Yo elegí dedicarme al burlesque, pero no elegí que me cosificaran. Estoy entreteniendo a la gente y la gente puede elegir verme como un objeto porque estoy desnuda, pero yo no me veo así a mí misma; tengo el poder. Cuando hay una mujer desnuda en pantalla, todo el mundo opina sobre ello. He estado allí [en Los Ángeles] desde que se empezó a emitir Juego de Tronos y sé lo distinta que ha sido la reacción en Europa, donde la gente es mucho más tolerante con los desnudos en pantalla. La gente [de aquí] ve un par de pechos y se olvidan de que se está contando una historia.»

No todas las actrices estaban dispuestas a desnudarse y alguna llegó a rechazar un papel por las escenas en las que tenía que aparecer desnuda. La modelo y actriz irlandesa Lisa Nolan, seleccionada para la segunda temporada, dijo: 

«La escena parecía de porno blando. Yo pensaba que no era una escena de sexo y me dijeron que me darían parches de piel para [tapar] los pechos; pero cuando llegué a grabar, querían que estuviera en topless y en la escena tenía que desnudarme. Así que me retiré en el último momento.»

Emilia Clarke también ha comentado este asunto en relación con el papel de Daenerys: 

«Cuando fui a la primera prueba, me dijeron que quizás hubiera un poquito de desnudez (una pizca de nada). El guion definitivo me llegó durante unas vacaciones familiares y al verlo me quedé absolutamente helada. Yo había leído los libros y me encantaba Daenerys. Sabía lo que tenía que hacer para transmitir la integridad del personaje y lo que el público necesitaba ver para tener empatía con Dany y sentirse orgulloso de ella; y como actriz, lo que hice fue esforzarme todo lo que pude para conseguirlo. La cadena HBO estaba allí para apoyarme, ¡son magníficos! Un gusto realmente exquisito: depositas tu confianza en ellos y no te decepcionan. Además, Jason Momoa es una auténtica leyenda y la verdad es que en el fondo resultó bastante fácil.»

Peter Dinklage no tuvo ningún problema en grabar escenas de sexo: 

«Esas escenas son divertidas. Se meten muchísimo con nosotros por ellas, pero ¿qué tienen de malo? Me parece muy triste que la gente se ponga hecha una furia por unos pechos, pero no por cortarle la cabeza a una persona.»

Martin, el autor, ha explicado: 

«Recibo constantemente cartas sobre el asunto. Esa clase de pacatería es exclusiva de nuestro país. Puedes escribir la descripción más vívida y detallada imaginable de un hacha entrando en un cráneo y nadie dirá una sola palabra de protesta. Pero si escribes una descripción similarmente detallada de un pene entrando en una vagina, te llegan cartas de gente diciendo que nunca volverán a leerte. ¡Es de traca! Que entren los penes en las vaginas le proporciona mucha más alegría al mundo que el que las hachas entren en los cráneos.»



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