Daenerys y el Dragón Azul

Juego de Tronos. Daenerys Targaryen, llamada Daenerys de la Tormenta, La que no Arde, Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones.

Dragona Saphira

Película Eragon.

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viernes, 17 de junio de 2016

SEIRYŪ, EL DRAGÓN AZUL JAPONÉS

 
Seiryū es el nombre japonés que se le da a un dragón de color azul, en la mitología japonesa, que forma parte de los cuatro monstruos divinos. Es representante de uno de los puntos cardinales, el este. Simboliza, también, el elemento agua.

 Su origen proviene de uno de los cuatro símbolos de las constelaciones chinas. Los chinos llaman a Seiryū, el dragón azul o dragón azul del este. Además de representar al este, los chinos lo relacionan con la estación de la primavera. No se le debe confundir con el dragón amarillo que está asociado al emperador de China.

En Japón, el dragón azul es uno de los cuatro espíritus guardianes de las ciudades y se dice que protege la ciudad de Kyoto sobre el este. El oeste es protegido por Byakko, el norte por Genbu y el sur por Suzaku.
 
En Kyoto hay templos dedicados a cada uno de los espíritus guardianes. El templo de Kiyomizu representa al dragón azul.
 
Antes de entrar al templo hay una estatua del dragón, la cual se dice que hay que beber a medianoche desde la fuente que hay dentro del complejo del templo. Luego se reúnen en ceremonia para adorar al dragón del este.
 
En 1983, la tumba de Kitora fue hallada en la aldea de Asuka. Los cuatro guardianes fueron pintados en las paredes en sus correspondientes direcciones junto a un sistema de constelaciones en el techo. Éste es uno de los únicos grabados de los cuatro guardianes.

Seiryū en otros lenguajes:

Cheong-ryong en coreano.

Thanh Long en sino-vietnamita.

Qīng Lóng en pinyin.


 

LEYENDA DEL DRAGÓN Y EL SHĪSĀ


En cierta ocasión, un emisario enviado a China regresó de uno de sus viajes, a la corte japonesa, en el castillo de Shuri, trayendo un regalo para el rey:
 
Una gargantilla con una pequeña figura de un shīsā. Al rey le pareció adorable, y se puso la gargantilla bajo su ropa.
 
Entonces, sucedió que en la bahía del puerto de Naha, en la aldea de Madanbashi, un dragón marino aterrorizaba a la población, devorando a los habitantes y destrozando edificios y cultivos.
 
Un día, mientras el rey visitaba la pequeña aldea, ocurrió uno de los ataques del dragón marino y toda la gente corrió a refugiarse.
 
A la sacerdotisa del pueblo (noro), se le había revelado en un sueño que debía convencer al rey para que permaneciese de pie en la playa, sujetando en alto la pequeña figura del shīsā hacia el dragón.
 
Envió entonces a un muchacho llamado Chiba para que advirtiese al rey de lo que debía hacer.
 
Cuando el rey se enfrentó al monstruo con el shīsā en alto, un tremendo rugido envolvió la aldea. Un rugido tan profundo y poderoso que incluso el dragón se sorprendió. Entonces, un gigantesco pedrusco cayó del cielo y aplastó la cola del dragón.
 
El dragón no podía moverse, y finalmente murió.
 
Con el tiempo, la piedra y los restos del dragón quedaron cubiertos por la vegetación y pueden verse hoy en día en los bosques de Gana-mui, cerca del puente Ohashi de Naha.
 
Desde entonces, la gente del pueblo fabricó muchos shīsā de piedra para protegerles del espíritu del dragón y de cualquier otra amenaza.
 
(Adaptado de Leyendas de Okinawa de Chizue Sesoko)

Los shisa son seres mitológicos japoneses típicos de la cultura Ryukyu presente en la prefectura de Okinawa. Generalmente se encuentran representados sentados o agazapados, y formando parejas, en las cuales uno de ellos presenta la boca abierta y el otro cerrada, atribuyéndoseles género masculino y femenino respectivamente. Tradicionalmente el ejemplar izquierdo era llamado perro guarda, el derecho, era, concretamente, el llamado shisa.

En la cultura de las islas Ryukyu se colocan flanqueando las puertas de entrada o sobre el tejado frontal de la casa, donde juegan un papel protector como guardianes contra los malos espíritus.
 
Originalmente los shisa se colocaban sobre los tejados de palacios, templos, y otros edificios donde se asentaban los poderes imperiales o locales. El uso de Shisa como talismán se difundió en la población de Okinawa a finales del siglo XIX, cuando se levantó la prohibición del uso de tejas rojas a plebeyos. También es habitual su uso en los flancos de las puertas. Los shisa son un animal, mezcla entre león y perro que muy probablemente sean, al igual que los koma-inu, una derivación local de los perros de Fu chinos, propios del Budismo. Estas figurillas suelen fabricarse en cerámica o yeso, estos últimos suelen contar con motivos humorísticos.



 
 
 

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