Una pintura en las cuevas prehistóricas de Lascaux, Francia representa un animal con dos cuernos rectos que salen de su frente.
Se podría pensar que es un unicornio, pero la simple perspectiva del dibujo hace que los dos cuernos parecezcan ser un solo cuerno, recto.
Pero hay más y es que la especie a la que pertenece esta figura de la figura es desconocida, y es por eso que ha recibido el nombre de "el unicornio".
Richard Leakey sugiere que, al igual que "el brujo" que se encuentra en Trois-Frères, es un teriántropo, una mezcla de animal y humano, su cabeza es la de un hombre con barba.
Hay informes no confirmados de pinturas aborígenes de unicornios en Namaqualand en el sur de África. Un grupo de estudiantes escribió sobre ellos en su tesis de grado después de un viaje de estudios en el extranjero.
Un pasaje del diario de viaje de Bruce Chatwin En la Patagonia (1977) relata su encuentro con un científico de América del Sur que creía que los unicornios estaban entre especies extintas de América del Sur, y que fueron cazados hasta la extinción por el hombre en 5000 o 6000 a.d.C.
Lo mismo dice Chatwin sobre dos pinturas rupestres aborígenes de unicornios en Lago Posadas (Cerro de los Indios).
Hay una leyenda occidental que también habla de una mujer joven llamada Elly que se encontró con un unicornio, y que este lloró por ella. Sus lágrimas curaron las heridas de su corazón.
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